La AS Roma hizo historia está semana al dejar fuera al favorito FC Barcelona y meterse en las semifinales de la UEFA Champions League. Sin duda los motivos sobran para que sus fieles hinchas celebraban con toda la euforia. Y esto precisamente sucedió tras el pitazo final del árbitro que decretaba que el conjunto italiano goleaba 3×0 al «Barca» y estaba entre los 4 mejores.

De inmediato los aficionados se congregaron en plazas, parques, sitios turísticos de Roma e hicieron una fiesta y en está celebración no solo se encontraban simpatizantes romanos, sino apareció nada más y menos que el presidente del club James Pallotta, quien confundido entre la multitud que bailaban, cantaban sin parar, protagonizó una escena digna de película en una de las fuentes históricas de la ciudad. Así, al empresario estadounidense se le pasaron de más los festejos e incurrió en actos impropios de un presidente, que fueron mal vistos por las autoridades de la ciudad que «le castigaron» con una multa económica y la vergüenza de toda una ciudad.

En días posteriores, el presidente Pallota reconoció su error y aceptó pagar la multa de 230 mil euros, además se comprometió en donar esa cantidad para renovar los alrededores e interior de la fuente del Panteón, sitio del alocado festejo. Por su parte ofreció disculpas públicas a la Alcaldesa de la Municipalidad de Roma por el exabrupto. «Quería agradecer al ayuntamiento mi multa bien merecida. Me dejé llevar por la emoción del momento, fue una noche formidable para todos los romanos».

Así, fue como el pase a las semifinales de la Roma, le costó a su presidente una multa por no saberse controlar en sus festejos. Una lección para el resto de los presidentes de los clubes, «si no quieren que les caiga el hacha del dinero, no celebren demasiado»….